viernes, 14 de septiembre de 2012

182 años de la corrida de la primer Locomotora a vapor


Locomotoras a vapor

La idea de aplicar la máquina de vapor al transporte se llevó por primera vez a la práctica ya en 1769 bajo la forma de un complicado artefacto, destinado a correr sobre rieles, construido por un francés, Nicolás Curgot. Posteriormente, el inglés Richard Trevithick fabricó locomotoras (1801-1808), si bien estas últimas habían sido pensadas sólo para el servicio de las minas de hulla y tenían una aplicación limitada. El nacimiento del ferrocarril, el primer vehículo terrestre movido por una fuerza no procedente de un animal, se encuentra estrechamente ligado a la invención de la máquina de vapor, ideada en el siglo XVII por James Watt
Los precedentes del tren
Ya durante el Renacimiento, Leonardo da Vinci ideó, sin llegar nunca a realizar su proyecto, la primera máquina capaz de moverse sin recurrir a la fuerza de un animal.
 Posteriormente, a mediados del siglo XVIII , el inventor francés Jacques de Vaucanson, que había dedicado sus esfuerzos al diseño de autómatas, concibió una suerte de vehículo impulsado por un sistema similar a de los mecanismos de relojería. Poco después, un sacerdote de nacionalidad Suiza J. H. Génevois, planeó un aparato similar, accionado por un procedimiento un tanto extravagante: dos molinos de viento de pequeño tamaño que se disponía sobre su parte superior.





El ferrocarril
Dejando al margen experimentos más o menos fantásticos que se remontan en el tiempo, la invención del ferrocarril tuvo lugar a comienzos del siglo XIX. Esta nueva forma de transporte, que habría de alcanzar pronto una enorme difusión precisaba, además de la fuerza impulsora de la máquina de vapor, de otro elemento: un tipo específico de superficie por la que deslizarse, pues las carreteras de la época eran incapaces de soportar un vehículo de tanto peso.
Los carriles de madera se conocían en Europa desde finales de la Edad Media; en este momento serían sustituidos por los de hierro, aplicados ya en el campo de la minería, donde estaban provistos de una sección de forma especial que aumentaba la adherencia de las ruedas de las vagonetas. De hecho, podría considerarse que éstas fueron los primeros trenes en miniatura.
A partir de la observación del trabajo en las minas, el ingeniero británico Richard Trevithick ideó la primera locomotora de vapor que se desplazaba por raíles, en 1804. Cuatro años después realizó la presentación del nuevo vehículo, formado por una locomotora que arrastraba una vagoneta a lo largo de un breve recorrido. Aunque el sistema acabó descarrilando, la experiencia alentó nuevos intentos, que culminaron en la puesta en marcha de las primeras locomotoras destinadas no ya a la simple demostración, sino a la comunicación entre núcleos a distancia.
La construcción de una locomotora aplicada al transporte de carbón constituyó un importante paso adelante. Fue obra del ingeniero británico George Stephenson (1814), que por su trabajo en la mina estaba familiarizado con el funcionamiento del motor de vapor. Su potencia era de 40 caballos. (Ver: George Stephenson)
Sin embargo, a pesar de la victoria de Stephenson, hubo que resolver muchos problemas de ingeniería antes de que los caminos de hierro pudieran desempeñar un papel importante en el comercio. Primeramente, por ejemplo, las ruedas con pes­tañas que se usaban para mantener los vagones, en la vía se subían sobre los rieles en las curvas, y tuvo que transcurrir algún tiempo antes de descubrirse que las ruedas debían quedar holgadas sobre los carriles. Y que podían acoplarse a dispositivos giratorios debajo de los coches.
También los frenos dejaban mucho que desear presionaban contra las ruedas, y no fueron seguros y de fácil manejo hasta que George Westinghouse perfeccionó el freno de aire comprimido (1886). Además los enganches tenían tanto juego que al arrancar el tren los vagones recibían tan fuertes .sacudidas, sobre todo los últimos, que los viajeros eran violentamente proyectados hacia atrás





La difusión de un revolucionario medio de transporte
Finalmente, en 1825 fue abierto al público el primer ferrocarril a vapor: un conjunto de vagones arrastrados por una locomotora que utilizaba esta energía, que cubrió la distancia entre las poblaciones inglesas de Stockton y Darlington Cinco años más tarde quedó inaugurado el tramo Liverpool-Manchester, que aseguró el tráfico regular de mercancías y pasajeros entre ambas localidades; la locomotora, la célebre Rocket, había sido construida por el mencionado Stephenson. Con las mejoras apropiadas, el prototipo sería utilizado en las máquinas futuras.
A mediados del siglo XIX se construyeron muchos kilómetros de vía férrea, en torno a 1850 el ferrocarril de vapor había llegado ya a todos los continentes.
Uno de los principales problemas de las locomotoras, su excesivo peso para la fragilidad de los carriles de hierro colado, se solventó cuando se empleó hierro forjado en la fabricación de éstos. Más adelante se hicieron de acero, lo que con tribuyó a aumentar su solidez y duración. En cuanto a la velocidad, de los 28 km. del tren Manchester-Liverpool se pasó, en la década de los cincuenta, a alcanzar casi los 100 Km. /h.
Así pues, la etapa central del siglo XIX supuso el triunfo absoluto de la locomotora de vapor, que abarató notablemente el transporte, facilitó las comunicaciones y contribuyó a modificar los hábitos de las personas, al convertir el viaje en algo asequible. Paulatinamente el acento dejó de ponerse únicamente en el aspecto técnico, y los convoyes ferroviarios destinados al transporte de pasajeros ganaron en comodidad, algo absolutamente necesario para los trayectos de larga duración. En este sentido, la construcción del Pioneer, un vagón de gran amplitud y con altos niveles de confort, ideado en 1863 por George-Pullman, marcó un avance decisivo. Llegaron después los vagones-restaurante y los coches-cama; puede afirmarse que a finales del siglo XIX viajar en tren resultaba cómodo en líneas generales.


El Museo Ferroviario de Gualeguaychú está emplazado en el Parque de la Estación

Calles: Maestra Piccini y Maipú

Teléfono: (03446) 437034

Correo electrónico: mferroviario@gualeguaychu.gov.arparqueestacion1984@gmail.com

Ig: @museoferroviariogchu

Fb: Museo Ferroviario Gualeguaychú

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Prensa Museo Ferroviario Gualeguaychú 14/09/2012


martes, 21 de agosto de 2012

Nuestra Locomotora N°81

La Locomotora N°81 emplazada hace 28 años en lo que hoy es el Museo Ferroviario, en pocas palabras quien le dio vida a esta institución, hace esa misma cantidad de años que se defiende de las inclemencias del tiempo con esporádicas manos de pinturas y porque es de un material más que resistente. El hecho es que si queremos tener este digno ejemplar del servicio a vapor y narrador por si solo de la historia por siempre vamos a tener que hacer algo porque las lluvias y el sol lentamente están haciendo su trabajo...



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Prensa Museo Ferroviario Gualeguaychú 21/08/2012

sábado, 7 de julio de 2012

Choque entre los Ferryboat “Lucía Carbo” y “María Parera"

Fotografía del Lucía Carbo que se encuentra en el Museo


Fotografía del María Parera, gentileza de Emilio Ravina


Ibicuy, 30 de junio de 1926. Se produjo un violento choque entre los Ferry Lucía Carbo y María Parera, hundiéndose este último en 15 minutos, aunque no hubo que lamentar víctimas, si hubo tres personas heridas que fueron derivadas a Zarate donde se informó que no revestían gravedad. Los mismos son: Juan Betaven, Teodoro Andonagni y Dionisio Koslenko.
A las 07.00 salió de Ibicuy el ferry Lucía Carbo con 24 vagones jaulas con ganado (carga completa). A las 06:30 horas zarpó de Zárate el ferry María Parera con 8 vagones con navegación en medio de una inmensa niebla que hacía dificultosa todas las maniobras. Después de navegar una hora y media y de haber pasado la vuelta del Paraná las Palmas, llamada la vuelta del Varadero entró en la amplia del río que tiene unos 400 metros de ancho y termina en la vuelta del Machete, frente a la quinta llamada La Vasconia, recibió el choque del Lucía Carbo sobre su banda izquierda, siendo arrastrado durante diez minuto por la corriente hasta que se hundió. La niebla, la velocidad de la corriente del río que dificulta gravemente el gobierno de los barcos que vienen aguas abajo y la velocidad del mismo barco han sido, sin duda, las principales causas del accidente. Esto se determinaría cuando los Capitanes de los ferrys prestaran declaración.

Los primeros auxilios: Producida la colisión y después de los primeros momentos de explicable confusión, se dispuso el salvamento de los tripulantes del María Parera, llegándose hasta rescatar el personal que se encontraba en reposo.
Mientras se atendía a los heridos, con los escasos elementos de a bordo de embicar el Lucía Carbo sobre la costa, consiguiéndose ese objetivo. También se pusieron en funcionamiento las bombas de achique que resultaron suficiente, para poder mantener el barco a flote, el cual hacía agua abundantemente. Después que se hundió el Parerase destacó una lancha para telegrafiar a Ibicuy, pidiendo auxilio. A las 10:00 horas, por el Paraná Las Palmas en viaje a la Capital, apareció el remolcador “Angelina B”, trayendo a remolque la lancha “Bahía”. Al ser avistado el remolcador, se lo solicitó auxilio que fue inmediatamente atendido. El Angelina B dejó anclada la lancha que llevaba heridos, continuando su viaje hasta Zarate, donde llegó a las 13:40 horas. En Zarate, el Contramaestre del María Parera, señor Ramón Martínez se trasladó a la prefectura para informar del accidente y de hacer entrega de una relación hecha por el ayudante de la prefectura, José Rivera que viajaba en el barco hundido, pero al querer entregar esta no la halló, relatando el hecho en forma verbal, los heridos fueron derivados a la sala de primeros auxilios de la localidad donde se comprobó que ninguno revestía gravedad. El resto de la tripulación se retiró a su domicilio.

Intervención de la Prefectura: Con la información dada por el Contramaestre del María Parera, encargado del destacamento de la prefectura Zarate, Señor Milciades Virasoro Gauna y el ayudante Zoilo Navarro, se embarcaron a las 14:00 horas en el remolcador Angelina B y en compañía de la lancha número 20 B, se dirigieron al lugar del accidente para levantar el sumario correspondiente. La gran distancia que hay entre el lugar del accidente y la ciudad de Zarate, hizo que hasta la madrugara no llegara información sobre este accidente.

Con el Contramaestre Martínez: El Contramaestre del María Parera manifestó que en el momento del choque se encontraba en el interior del barco y que en solo un fuerte sacudimiento con crujidos broncos de hierros y maderas. Hizo que con toda presteza se trasladara a cubierta, lo que le permitió distinguir entre la espesa niebla, la proa del Lucía Carbo, que había penetrado en el barco que él viajaba. El choque se produjo en el Paraná Las Palmas frente a la finca “Las Vasconia” y al llegar a la vuelta del Machete, El María Parera pegado al Lucía Carbo fue arrastrado aguas abajo es decir contra la dirección que llevaba durante largo tiempo, suficiente para trasladar toda la tripulación del barco hacia el Carbo. El Capitán del Lucía Carbo, Señor Antonio S. Rodríguez, después que se hundió el María Parera embicó su barco hacia la costa a la espera de auxilio. El choque, dijo, ha sido motivado por la niebla y lo cerrado de la vuelta del río Paraná de Las Palmas que dificultan las maniobras en muchos pasajes.

Con los heridos: En la sala de primeros auxilio de Zarate, pudimos conversar con los tres heridos que son: Juan Betaven, árabe, casado, con domicilio en Zarate, fogonero. Teodoro Andogagui, griego, naturalizado argentino, de 40 años de edad, casado con domicilio en Zarate, fogonero. Dionisio Koslenko, ruso de 42 años de edad, soltero domiciliado en Buenos Aires, cocinero del barco que naufragó. Juan Betaven solo presenta un golpe en el costado derecho y nos manifestó que en el momento del accidente se encontraba en el fondo del departamento máquina, cerca de la carbonera atendiendo sus funciones hasta el momento antes de las 09:30hs. Agregó Betaven que la navegación se realizaba con felicidad, a pesar de la niebla espesa que había desde la salida de Zarate. Periódicamente se hacían sentir las pitadas reglamentarias para indicar la aproximación del barco, ignorando otros detalles, porque desde el lugar en el que se encontraba no podía observar más que eso. A las 09:30 una formidable conmoción le hizo perder el equilibrio y enseguida recibieron orden de cerrar las compuertas de los estanques en que está dividido el barco y subir a cubierta, tarea que se realizó con toda prontitud, a pesar de que del choque, él había recibido un recio golpe que presenta en el cuerpo. Cuando llegó a cubierta del María Parera, Betaven solo atinó a pasar al Lucía Carbo, utilizando el puente de unión que se había formado del costado de babor del María Parera y del Lucía Carbo, viendo inmediatamente que el barco que acababa de abandonar se inclinaba y se hundía en las aguas del río Paraná Las Palmas. En el Lucía Carbo fue atendido por un enfermero y el Capitán, quienes le prestaron los primeros auxilios, para luego ser trasbordado al remolcador Angelina B que lo condujo junto con los otros heridos hasta Zarate.
El Lucía Carbo embistió al María Parera por el centro del costado izquierdo a la altura del departamento de maquinas, nos agregó el foguista Betaven y fue por eso que rápidamente el agua invadió el barco no dando tiempo a que se realizara maniobra alguna.
El pánico producido en el departamento de maquina y así lo dejó advertir el fogonero interrogado pues solo recordó pocos detalles del accidente e informandose más detalles de lo que pasó cuando se encontraba en el Lucía Carbo. El otro fogonero, Teodoro Andonagui en el momento del accidente se encontraba durmiendo en el camarote y a consecuencia del golpe en la cabeza contra los hierros, se desmayó y fue sacado en ese estado y trasladado hasta el Lucía Carbo. Tampoco Andonagui recuerda nada de los mentos del accidente. El tercer herido Dionisio Koslenko había ido hasta la despensa del barco a preparar las provisiones para el almuerzo del día y mientras realizaba ese trabajo recibió las consecuencias del formidable choque, produciéndole heridas en la cabeza. Koslenko atinó a subir a cubierta y de allí con la ayuda de otros compañeros fue trasladado al otro barco donde también fue atendido.

Como quedó el María Parera: Arrastrado por la violencia del choque y prendido al Lucía Carbo, el María Parera vino navegando aguas abajo hacia la margen izquierda del río Paraná Las Palmas y cerca de la costa se desprendió del otro barco, inclinándose sobre babor y hundiéndose en las aguas hasta el puente superior, es decir, quedando a flote las dos chimeneas y el palo. El río Paraná tiene cerca de la costa una profundidad de poco más de diez metros si el río está crecido. El otro Ferry, el Lucía Carbo, fue varado en la costa de proa, a la espera de la llegada del auxilio para seguir viaje a Zarate, pues solo tiene lleno el primer compartimiento y es achicado por las bombas de emergencia.

La embarcación hundida: De las tres embarcaciones que hacen el servicio entre los puertos de Zarate y de Ibicuy en carácter de Ferry boat, esto que transporta por el río a los comboyes ferroviarios que van de la Capital a la Provincia de Entre Ríos y viceversa. El María Parera era el segundo en importancia por la potencialidad de sus máquinas, su dimensión y su desplazamiento. Son los restantes, el Lucía Carbo y el Mercedes Lacroze. El María Parera llegó al País en 1908 fecha des establecimiento definitivo del servicio de ferry boat. Fue construido en los talleres A. J. Inglis de Glasgow, desplazaba 1590 toneladas, tenía 84,88 metros de eslora por 17,18 de manga, 2 hélices, 1500 HP y su valor fue de 70.000 Libras Esterlinas.

Tripulación: Tenía como Capitán al señor Alfredo Fontana de vasta experiencia, pues había trabajado en la empresa Mihanovich y llevaba la siguiente tripulación: Dos Prácticos; 1 Contramaestre; 9 Fogoneros; 3 Maquinista; 4 Carboneros; 3 Mozos; 4 Cocineros; 1 Mayordomo; 2 Serenos y 8 Marineros.

Los perjuicios: Hata ahora no se han justipreciado lo perjuicios, estos son de consideración, el ferry boat maría Parera se consideraba completamente perdido. Su valor es de 70.000 Libras Esterlinas. Hay que agregar también el valor de los 22 vagones y la carga que llevaban 8 de ellos cuya importancia no se ha establecido.

Nuevos auxilios: Recibida la noticia del accidente en Ibicuy, se fletó desde este punto al Ferry Mercedes Lacroze, el que salió a las 17:30 y llegó al costado del Lucía Carbo a las 20:00. la noche impidió la realización de los trabajos y la embarcación quedó en esos parajes hasta el día siguiente para intentar alguna maniobra urgente.
Sin embargo las circunstancias de que el Mercedes Lacroze fuera necesario para el tráfico entre Zarate e Ibicuy determinó que su partida de donde se encontraba se hiciera en lass primeras horas de la mañana. Según se informó desde Buenos Aires el servicio de pasajeros no se iba a detener en cambio el de carga pasaba a ser condicinal.
El Lucía Carbo, tenía como capitán al señr Antonio S. Rodríguez, marino que prestó servicio durante mucho tiempo en los barcos que hacían carrera a la ciudad de Asunción. Con motivo del choque el Director de Navegación y puertos, Ingeniero Humberto Canale expresó que no creía que el hundimiento del buque dificultara la navegación por el Río Paraná Las Palmas pues el cruce del río en ese lugar era bastante ancho y profundo.

Ensayo de Alfredo E. García.

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Prensa Museo Ferroviario Gualeguaychú 07/07/2012

martes, 19 de junio de 2012

El Ferroviario - Jairo

Invitado por Miguel Julio Neira, visité www.rielesdeentrerios.com.ar y me encontré con un articulo muy bueno titulado ¡Dios es ferroviario! (el cual invito a leer) me encontré con algo que mucho ya conocen, con la mención del tema de Jairo “El Ferroviario” y al escucharlo no pude contener las ganas de compartirlo. Tanta música dando vuelta en Internet, está bueno escuchar algunas que tengan contenido. No espero que les guste, espero que lo sientan.



Letra: El Ferroviario

Yo soy el ladrón de trenes
que está en la fotografía
reclamado vivo o muerto
por toda la policía

Mirando bien el retrato
no salgo favorecido
y llevo la barba crecida
parezco un hombre jodido

No crean lo que están viendo
y vayan a preguntar
en el barrio me conocen
yo soy un tipo legal

Mi abuelo, mi padre y yo*
los tres fuimos ferroviarios
pero pararon los trenes*
porque eran deficitarios

No se anduvieron con vueltas
dejaron todo desierto
el Mitre* quedo vacío
y el Belgrano* medio muerto

¿Qué es lo que hace un ferroviario
cuando le quitan el tren?
Primero se vuelve loco,
después empieza a beber.

No sé si estaba borracho
la noche en que decidí
robar la locomotora
y volverla a conducir.

La pinté de azul y blanco,
le saqué brillo al cromado
cualquier ferrocarrilero
estaría emocionado.

Llevo diez días fugado
me sigue la policía,
y ellos rodean Hernando*
yo estoy en Jesús María*.

Cuando se acaben las vías
tendrán que leer los diarios
yo no pienso recular
palabra de ferroviario


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Prensa Museo Ferroviario Gualeguaychú 19/06/2012

viernes, 15 de junio de 2012

Ultimo Servicio a Vapor



(...) El 10 de junio de 1983 se produjo en Gualeguaychú un acontecimiento que será especialmente recordado cuando se escriba la historia de los transportes terrestres en la Argentina y que en ese momento pasó desapercibido por el grueso del público. Desde el primer viaje de “la Porteña” inaugurando los servicios ferroviarios nacionales, el 30 de agosto de 1857 se efectuó aquí el último recorrido de una locomotora a vapor, en este caso la N° 85 y que prestaba servicios en el ramal Gualeguaychú – F. M. Parera con una distancia de unos 48 kilometros. Ese día terminó la tracción a vapor en las grandes redes argentinas (Mitre, Sarmiento, Belgrano, San Martín, Roca y Urquiza) y datos confirmados por Ferrocarriles Argentinos, para esa fecha hablaban de alguna locomotora perdida en la Patagonia, pero trabajando en trochas económicas o portuarias (CO75 mm y 1000 mm) ejemplo: Jacobacci – Esquel.
Desde aquel momento quedó en el ambiente una desconocida tristeza, pues la N° 85 formaba parte de la vida de los ferroviarios locales y era mucho el cariño y dedicación que le profesaban (…) Fragmento sacado del Articulo “Ayuda Memoria – Museo Ferroviario Gualeguaychú” de la revista El Tren Zonal de Agosto de 1999

El fin que se le dio a la N° 85 fue Basavilbaso, por lo que se sabe luego fue a prestar servicios a Concordia y trabajar de auxilio en caso de inundación. Luego… el olvido



Hipólito Nobile, maquinista que llevó a la N° 85 a su destino final, recibiendo del Intendente Juan José Bahillo un recordatorio por los 25 años del Museo Ferroviario.


Enrique Aagard, Jefe del Galpón de máquinas de la Estación de trenes de Gualeguaychú, es quién maneja la N° 85 saliendo del galpón ese Junio de 1983 para que la lleven a su destino final.

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Prensa Museo Ferroviario Gualeguaychú 15/06/2012

martes, 5 de junio de 2012

El Museo mueve multitudes

El domingo 27 de Mayo le probocó un Deja vu a la locomotora N° 81...







...y estoy seguro que si pudiera marchar, los llevaría a todos a pasear por los verdes entrerrianos.

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Prensa Museo Ferroviario Gualeguaychú 05/06/2012

viernes, 18 de mayo de 2012

18 de Mayo "Día Internacional de los Museos"



 Según el Consejo Internacional de los Museos (ICOM)

“Un Museo es una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, educación y recreo.”


También hoy en día se puede decir lo siguiente:
“La accesibilidad no solo refiere a la captación de una mayor y más diversa cantidad de visitantes sino a que dichos visitantes puedan acceder a los contenidos del museo mediante una experiencia de real enriquecimiento y satisfacción de la curiosidad. Para tal fin, el museo necesita ser pensado como un espacio de construcción de ciudadanía. Una institución consciente y, por lo tanto responsable, de su papel en la configuración de la sociedad civil. Un foro o lugar de conversación, encuentro e intercambio, de socialización y negociación de identidades, una puerta hacia la investigación y la inspiración de nuevas ideas. Las exposiciones actuales buscan revertir la unidireccionalidad del mensaje del museo incorporando las interpretaciones y  opiniones del público que las visitas. De este modo, el museo se convierte en un lugar en donde se proponen lecturas, interpretaciones o visiones sin evadir la controversia. El museo, en su concepción más contemporánea, es un medio de comunicación colectiva y como tal, agente de la democratización de la cultura. El museo actual no se ciñe a los límites de su propio espacio físico, del edificio que ocupa, sino que por medio de la utilización de diversas tecnologías su rol de difusor de información lo puede cumplir también de manera virtual.” (Una política cultural para los museos en la Argentina. Prof. Américo Castilla)



Nosotros seguiremos como lo muestra la imagen superior, encarrilados hacia la consecución de un Museo en donde el aporte de experiencia y de anécdotas nos ayude a nutrir la importancia del Museo ferroviario para Gualeguaychú y el resto de la región, haciendo como lo hizo la red ferroviaria cuando unía pueblos por ende personas, en definitivas historias.

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Prensa Museo Ferroviario Gualeguaychú 18/05/2012